Esta mañana y después de dos horas de gimnasio, de hacer la limpieza de mis 25 metros, de tender la ropa y de cocinar unos tallos de brécol, que me dejaron un olor espantoso en mi cocina de juguete, me senté a leer dos periódicos y una de esas revistas de tendencias masculinas dirigidas a ricos que pagan 30.500 € por un reloj, y a pobres que no entendemos cómo un reloj puede costar esa cantidad infame, con la que yo comería pollo en pepitoria y almejas a la marinera todos los domingos de mi vida.
Los periódicos ya están en la basura. No pienso volver a votar y menos el único día del año que como polvorones, la política es algo muy serio ¡coño ya Mariano!, que yo me voy a mi tierra ese día, como me jodas y tenga que venirme a una mesa electoral, me las pagas.
De las revistas me he quedado con dos tendencias que parece que van a arrasar el próximo otoño: el poliamor, que ha venido para quedarse y los japoneses que se envasan al vacío en pareja.
Había oído hablar de tríos. De relaciones más o menos abiertas, “de a tres y de a cuatro”. De amigos o de follamigos como ahora les llamamos pero esto del poliamor, para uno que tiende cada camiseta con su pareja de pinzas del mismo color, se me escapa un poco de las manos.
¿Te imaginas tener una pareja para la cama? ¿Otra pareja para planchar las camisas difíciles? ¿Otra para fregar los baños? ¿Otra de verano y otra en cada puerto? ¿Una que te cante? ¿Otra que te abrigue y otra que te pasee a plena luz del día? ¿Una para las visitas familiares y otra para las cenas con amigos? ¿Y esto es lo que viene pisando con fuerza?.
Si es que ya sabía yo que tanto Pablo Alborán no podía ser bueno. Lo de “poli” me ha quedado clarísimo, pero lo de “amor” ¿dónde coño está el amor aquí? Que alguien me lo cuente porque yo no lo veo por ninguna parte. ¿Y si tu pareja de sexo también se lleva bien con el sexo de tu vecino del cuarto? ¿Y si tu vecino del cuarto que es la pareja que te pasea, se cepilla a tu prima la de Albacete? ¿Todo esto también te parece bien?, pues hala, yo me quedo con los japoneses. Estaré envasado al vacío, pero al menos será por amor, ¿alguien disponible?
Watashi wa anata o aishite (o yo te quiero a ti, en japonés).
Que el amor (del tipo o variante que sea) haya acabado siendo una tendencia, es para preocuparte. No sé qué narices intentan vendernos ahora, pero que se lo queden los que escriben esa basura. En cuanto a lo de envasarte al vacío… En fin… No comments! jajajaja.