Sara con un expediente brillante y una nota media con la que podría haber estudiado para ministra del universo se decantó por su vocación, la historia. Ahora soporta diariamente a preadolescentes que supuran endorfinas a los que intenta transmitir su pasión por el pasado. Su compañero Álex estudió en la universidad de la vida, la más barata pero la más dura. Su licenciatura: tío para todo. Vende cursos y teléfonos antiguos, organiza eventos, es fotógrafo y diseñador …gráfico, amo de casa y todavía le queda tiempo para querer a Sara. Ambos viven en un estudio de 25 metros cuadrados con vistas al pisito de Javi.
Éste y a pesar de ser el más joven tiene las ideas muy claras. Uno es de donde pace y no de donde nace. Ahora mismo gato, gato…y de Madrid, al cielo. Javi se dedica a la política o lo que es lo mismo, trabaja de trapecista en un circo donde los leones siempre están hambrientos y como no seas un poco equilibrado las «hostias» están más que aseguradas.
En su misma corrala pero con algunos metros menos habitan Amelia y Rafa. Compartir 17 metros desde hace años y quererse tanto es posible. Rafa licenciado en hostelería y noche cambió su profesión por el sol de la mañana y el vermú de mediodía, una vida más pobre pero más tranquila. Amelia es bióloga, compagina su trabajo de guía en el jardín botánico con su vocación de bailarina clásica y todo con una sonrisa que no se quita ni para dormir. Y yo con vocación de periodista y de profesión tramoyista comparto mi día a día con todos ellos. Expongo y vendo fotos. Pinto pequeñas marcas a través de las redes y construyo vidas con palabras que malvendo como puedo. Todos queremos un nido más grande. Todos queremos viajar. Salir y entrar. Crecer con vocaciones y aspiraciones. Tener familia propia o un negocio, una terraza o un gato…Todos tenemos un sueño y soñar es gratis, ¿No? pues soñemos.