Previsiones de todo tipo y pelaje nos advierten de que dentro de 365 días nada será como es y que todo lo que pasó, fue.
Empezamos el año estrenando nuevas leyes como la nueva ley de propiedad intelectual, la conocida como “ley mordaza” y el cambio anunciado ayer por el nuevo ministro de justicia por el que se rebajarán las penas a los ciudadanos detenidos en manifestaciones y otros altercados urbanos.
En primavera cambiaremos la media manga y los paseos en los parques por las papeletas y los desfiles a los colegios electorales. Acudiremos a las urnas 2 y en algunas comunidades hasta 3 veces. Me cuentan que hay ayuntamientos que buscan candidatos desesperadamente, pues los antiguos o están en la cárcel o a punto de estarlo. Y es más que probable que despidamos el año eligiendo al próximo presidente del gobierno, quién sabe a lo mejor el 31 de diciembre nos tomamos las uvas en una república bananera.
La mayor lotería que nos podrá tocar a los españoles en 2015 será la salida de las listas del INEM. Si encima de ser agraciado, lo que te toca es ser freelance, entonces es que te ha tocado el gordo. Freelance o lo que antiguamente era autónomo es lo mismo que ser Juan Palomo: “yo me lo guiso, yo me lo como”.
Parece ser que este nuevo año también será el final de los hípsters, aunque no hay un acuerdo claro de cuál será la próxima “tendencia juvenil de los chicos y las chicas y los maniquíes”, sí hay consenso en que las barbas se recortarán y los pelos se alargarán. Los moños al estilo de nuestras bisabuelas serán lo más “in”, los chalecos de punto lo más vintage y el ser viejo y soltero “lo más, de lo más”. Visitar bares de serrín en el suelo, usar monóculo y llevar un ritmo de vida más que austero bebiendo vino del guiso a 80 céntimos serán motivos más que suficientes para estar en las portadas de las revistas de tendencias. El color del 2015 será el marsala, o lo que es lo mismo el color del vino fortificado (parecido al vino dulce) y lo de enseñar pantorrilla, escote o “muslamen” pasará a mejor vida. Se acabó aquello de que para presumir hay que sufrir, tapaditos hasta las orejas, que el Ministerio de Sanidad no gana para antigripales.
En el único sitio que sí parece que nos desnudaremos y cada vez más será en las redes sociales, aquí en cuerpo y alma. Instagram, Facebook y Twitter serán las reinas en este orden y nuestras vidas un Gran Hermano que veremos a través del teléfono móvil. A pesar de tal despiporre social, seguiremos buscando el anonimato, es decir que esto será como esos programas de televisión donde uno enseña hasta la minga pero su cara aparece difuminada.
En cuanto al amor: se acabó de tanto usarlo. Olvidaros de pedir novios o novias para este año, ni se os ocurra enamoraros y eso de ligar en un bar, pub o discoteca, borracho como una cuba a las 7 de la mañana ya no molará. Ahora vamos a ligar a través del teléfono móvil y de aplicaciones como Tindr, Grindr o “busco polvo rápido y aquí te quedas”, no os olvidéis que si queremos estar de moda, el tema del compromiso lejos al menos hasta el 2016.
Nuestras redes sociales se llenarán de vídeos. El legado de Tibu volverá con fuerza y a la última “gilipollez” de no lavarse la cabeza durante 30 días (dixera a outra “hai que ser porcos”), se le sumarán otras como la de lanzarse al vacío sin paracaídas. Veremos a millones de jóvenes escalfados sobre el asfalto.
No todas las previsiones podían ser buenas, sociológicamente hablaremos en nuestro país de muchas más muertes que nacimientos o lo que es lo mismo de un crecimiento negativo, pero no os alarméis, porque Nostradamus, siempre él con predicciones muy certeras pronostica una resurrección masiva de nuestros difuntos, así que yo aconsejo a los estadísticos del INE que repitan sus análisis por lo que pueda ocurrir.
Y ocurra o no, lo que sí ya puedo aseguraros que este es el último post de 2014. Me despido de vosotros no sin antes daros las gracias A TODOS Y POR TODO. ¡Hasta el año que viene!.