En un momento en el que la monarquía en nuestro país sufre la peor crisis de identidad y popularidad de la historia celebramos con banderas de colores el día de la República. En Zarzuela ya lo celebran desde hace un par años y menudo fiestón que tienen montado: el rey ha puesto unas amigÜitas para calentar el ambiente. El yerno deportista ha corrido con todos los gastos: barra libre en palacio para los más reputados imputados. Su mujer ya ha bebido tanto que la pobre no recuerda ni cómo se llama. El otro yerno desaparecido en combate les ha prestado unos trapitos para que presuman y su hijo, el nieto heredero está pinchando “unos temazos” que creo que hasta los bailan los elefantes en la sabana, y todos ajenos a la desaparición de la reina griega en el espacio aéreo mundial. Eso sí es un sarao y lo demás tonterías.
Etimológicamente república significa “cosa pública”, y yo que soy un poco corto para esto de la comprensión rápida me planteo: ¿seremos capaces de tener algo público si los seres humano después de “mamá y papá”, la siguiente palabra que aprendemos es “mío”?, pero si es mío, no puede ser tuyo, y si es tuyo y mío entonces es nuestro, y cuando es nuestro: yo te lo compro o tú me lo vendes “maldito parné” como diría la otra.
Supuestamente (y digo supuestamente porque éste que escribe no ha conocido otra forma de gobierno que no sea una monarquía parlamentaria), la base de toda República es la ley. ¿Y quién hace la ley? pues el que hace la trampa, es decir tan sencillo como eso. ¿Quién se beneficia de esa ley? Pues lo siento amiguitos pero si la hago yo, tened por seguro que primero yo, y después los míos, que es así como mi sistema este en el que he vivido y me he formado, me ha enseñado.
Y sigo pensando con lo carísimo que nos sale a todos mantener una monarquía tal vez sea cierto que esto de la república sea beneficioso para nuestros bolsillos, pero me planteo otra duda más ¿cuántos vivirían de la “sopa boba” con esta nueva forma de gobierno o desgobierno? Porque si todos los que hacen la ley empiezan a tener derechos y privilegios varios, vamos finos, eso no hay “brote verde” que lo sostenga.
¡Uy cuántas dudas me estoy planteando!. Si yo no soy ni lo uno ni lo otro.
Aún así y con todas mis dudas a cuestas, no estaría mal que el gobierno, ya que es democrático nos plantease ahora mismo una consulta popular: ustedes qué quieren: ¿lentejas o macarrones?.
Mientras me decido me voy a celebrar el día de la República haciendo lo que nuestro rey (porque hasta ahora lo sigue siendo) nos ha enseñado: lo que me sale de la peineta. ¡Bienvenidos a mi república: la de las zapatillas de andar por casa!.