Queridos padres,
Dicen que cuando se engendra un nuevo ser dependiendo del empeño que se ponga en la labor el niño sale más curioso o menos curioso, más cuidadoso, o menos, con más paciencia o con menos…Está claro que en mi caso todo debió de ser rápido, como un foguete, ¡pum!, fiesta.
Ayer estuve en el rastro, un lugar donde uno se puede encontrar de todo desde auténticas reliquias hasta mierda para repartir. Un gran desván donde señores y señoras como yo, a los que no les gusta tirar nada, sacan sus pertenencias a la calle y las exponen con el objetivo de venderlas al mayor precio posible, pero además el rastro ya forma parte de la imagen de marca de la capital. Domingo, rastro, cañas, Latina y sol son las palabras mágicas que aseguran un día de éxito. Yo por fin compré los marcos para maullidos. Unos marcos viejos, algunos con marcas de polillas, otros con historias escritas en rayas de mayor o menor tamaño, otros con grabados muy cañís. En dorado, en plateado, en verde botella, en azul añil, en rojo pasión, o en amarillo limón, de todos los tamaños y formas.
Hoy me he pasado toda la tarde desmontando, recortando, pegando, doblando, envolviendo, el resultado ha sido: dos cristales rotos, un marco descolocado, pequeños cortes en mis manos, una grapadora en la basura, la habitación peor que una leonera y dos fotos montadas de las 12 que deberían de estar. Resumiendo soy un manazas, que no un manitas, un chapuzas, bastante torpe y mi paciencia es cada vez más limitada. A mis queridos padres decirles que si en otra vida vuelven ellos a engendrarme que por favor lo hagan con más delicadeza, más mimo, y menos ímpetu. Y ya puestos a pedir los ojos verdes, 10 centímetros más, los abdominales marcaditos, un poco más de genio y menos visceral…
Y mientras sigo montando cuadros os presento el cartel de Maullidos que espero que os guste.
Muy bien el cartel!
¡Muchas gracias Rozenn!, es una de las fotos de la expo.